Letra y música: Tradicional de Malaguilla
Madre, a la puerta hay un niño
más hermoso que el sol bello,
parece que tiene frío,
nadie duda que está en cueros. (bis)
Ábrele la puerta,
se calentará
porque en este pueblo
ya no hay caridad
y aquel que la tiene
no la quiere dar.
Entró el Niño y se sentó
y, mientras se calentaba,
le preguntó a la patrona
¿De qué tierra o de que patria? (bis)
Mi padre es venido
de muy lejas tierras,
mi madre es del cielo
y yo bajé a la tierra. (bis)
Niño si quieres cenar
se te dispondrá el contado
y te quedarás en casa
como niño regalado. (bis)
Eso no señora,
eso no señora,
que tengo una madre
que el cielo la adora. (bis)
Mucho quieres a tu madre,
si señora que la quiero
tres días que no la he visto
tres mil años se me han hecho. (bis)
Si usted me dijera
dónde se hallara,
de rodillas fuera
hasta encontrarla. (bis)
El Niño estaba cenando
las lágrimas le caían,
le preguntó la patrona
¿Dime niño por qué lloras? (bis)
Mi madre de pena
no podrá cenar
y aunque tenga ganas
no se lo darán. (Bis)
Hazle la cama a este niño
en la alcoba y con primor.
Señora no quiero cama,
que mi cama es un rincón. (Bis)
Mi cama es el suelo
desde que nací
y hasta que yo muera
ha de ser así. (Bis)
A eso de salir la aurora,
el niño se levantó
y le dijo a la patrona
que se quedara con Dios. (Bis)
Que él se iba al templo,
allí a disputar
con doce doctores
que había de hallar. (Bis)
Anda con Dios niño hermoso,
de ti quedo enamorada.
Dios quiera que encuentres pronto
a tu madre idolatrada. (Bis)
Y si no la encuentras,
vuélvete a mi casa,
ya vendré algún día
a darle las gracias. (Bis)
La madre buscando al hijo
por las calles y las plazas
a todo el que se encontraba
por su hijo preguntaba. (Bis)
Que si habían visto
al sol de los soles,
al que nos alumbra
con sus resplandores. (Bis)
Ya encontró la madre al hijo
y le dijo: hijo mío
¿Dónde has pasado la noche
que no te has helao de frío? (Bis)
El niño responde,
alegre y contento:
¡Si usted viera madre
qué cama me han puesto!:
Una sabanilla
y un colchón de lienzo.
Fui a pedir en ca un rico
y me echaron dos alanos,
dos alanos tan humildes
que me hicieron mil halagos. (Bis)
Y yo les prometo,
aunque soy muchacho
darles el castigo
como a mí me han dado. (Bis)