Letra y música: José A. Alonso
El hombre de la luna se entretiene
contando las estrellas sobre el mar,
plantando nubes, recogiendo sueños,
jugando en serio con el verbo amar.
Tiene una bruja amiga que le ayuda
a ver de noche toda la ciudad
y forman pasacalles selenitas
buscando amigos para conversar.
Hombre de luna,
viajero nocturno,
en un mar de silencio,
agua, verso y canción.
Tiene su casa encima de una torre,
abierto el corazón de par en par,
le gusta dibujar en las paredes,
hermosa la palabra libertad.
Cada noche preparan una fiesta,
no se admite la gente con disfraz,
vestido cada uno de sí mismo
¡Que venga todo el que quiera bailar!
Hombre de luna…
Y así Guillermo Tell y Sancho Panza,
la chica de la esquina, el sacristán,
retozan juntos y se dan la mano.
El baile de la rueda va a empezar.
Allí estarán también, García Lorca,
Pinocho, Don Quijote y Valle-Inclán.
Cenicienta se fue, justo a las doce,
perdiendo su zapato de cristal.
Hombre de luna…
No te marches jamás, hombre de luna.
Que queremos volver todos los días
a tu espacio lunar. A soñar con la paz
de la luna en el mar, de la luna en el mar…